La semana pasada comenzaba la nueva temporada de una de mis series favoritas en estos momentos The Good Fight, en ella, al final del primer capítulo una de sus protagonistas, Diane Lockhart, dice: “creo que mi mundo parece estar fuera de control. Creo que estamos en una rueda de hámster, hagamos lo que hagamos. Acabamos y vuelta al principio. Solía creer en el progreso, que la gente aprende de sus errores, que las cosas van a mejor. Y aquí estamos”. “ Roe contra Wade. El derecho al voto, como si estos 50 años no hubiesen pasado. Trump se postula de nuevo. La guerra fría otra vez. El nerviosismo por las armas nucleares”.
Es ficción pero la reflexión traspasó, sin duda, a la realidad. Al día siguiente, aún con este diálogo retumbando en mí, en la radio escuché a Vladimir Putin anunciar el envío a la guerra invasora de Rusia sobre Ucrania de 300.000 reservistas y su amenaza a Occidente con armamento nuclear. Hoy la Unión Europea ya prepara sanciones contra Rusia para acorralar su economía de guerra. La Reserva Federal de Estados Unidos esta semana vuelve a subir los tipos de interés 0,75% para controlar la inflación. El mundo. Son tiempos, por tanto, de incertidumbre y difíciles, pero por eso no es momento de replegarse, donde el miedo nos paralice si no de pisar el acelerador de las transformaciones y siempre comprendiendo las palabras de J. Monet: “la paz y la prosperidad estarán garantizadas solamente si las personas se unen”. Son tiempos para la unidad, la lealtad y el compromiso público para servir a la ciudadanía con el rigor que necesitan.
Las familias, todas y todos nosotros conocemos las dificultades a las que hay que hacer frente diariamente. No es cuestión de hablar en términos grandilocuentes, es cuestión de ser conscientes verdaderamente del momento en el que vivimos y atender a quienes más lo necesitan sin paliativos. Es responsabilidad pública. Esta semana, el principal partido de la oposición, el Partido Popular ha debido de pensar y reflexionar todo lo contrario, solo así se explicaría que en mitad de todo lo acontecido haya decidido apostar por eliminar los impuestos dirigidos a los más ricos, en Extremadura, por ejemplo, se dirigiría concretamente a 1.200 personas que superan los 500.000€, les otorgaríamos un extra de 4.400€ para que puedan afrontar con menos dificultades la subida de precios. En tiempos de crisis apostar por los que más tienen. Alguien podría responder que cumplen con sus aspiraciones ideológicas, podrían. ¿Y el Estado? ¿Quién cree en su país, en el Estado abriría una batalla campal entre Comunidades Autónomas en tiempos convulsos? ¿Allí donde reside el patriotismo se abren las heridas del modelo territorial? ¿Recuerdan al nacionalismo en Cataluña? ¿Recuerdan las provocaciones? ¿Los argumentos? ¿Por qué el Partido Popular siempre acude a Cataluña cuando hay una crisis económica? ¿Quién dice ahora que el Estado nos roba?
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