Hemos empezado 2023 con noticias espeluznantes y que tienen estrecha relación, en su causalidad. Cuatro mujeres fueron asesinadas en un solo día. Intento de golpe de estado en Brasil.
La democracia, como forma suprema de convivencia, tambalea si no somos capaces de garantizar la vida de las personas y tambalea cuando se pone en tela de juicio la legitimidad de los gobiernos.
Cuando aquí, en España, soportamos el asesinato de mujeres que hemos sido incapaces de proteger de sus verdugos, cuando en nuestro país el machismo se banaliza hasta que resulta inmune, cuando en nuestro país se sigue dudando de la transversalidad del odio, las y los demócratas debemos alertar a todo el sistema porque el mismo sistema puede implosionar.
Cuando fuerzas política españolas tratan a un Presidente de Gobierno como ilegítimo representante de la soberanía popular, están poniendo en el escaparate de las posibilidades que cualquier delirante, con o sin cuernos, pueda atentar contra el Congreso, mal o bien, sede suprema de la soberanía popular.
Todos los ultrajes al sistema se interconectan y especulan con que el clima social generado acepte todo tipo de subversión, desequilibrio y desnaturalización de los filtros que forman parte esencial del estado de derecho.
Por ello, cuando el sistema mismo falla estrepitosamente en su capacidad preventiva y punitiva a la hora de proteger a las víctimas y castigar a los verdugos, en este caso protagonistas de la violencia que se ejerce sobre las mujeres, el sentimiento de injusticia e impunidad agrieta nuestro edificio de valores.
La complejidad de los tiempos que corren, se contradice con la simpleza de los mensajes que se lanzan desde los espacios ultras, pero terminan por rediseñar una realidad paralela, básica y cuyo objetivo es destrozar el equilibrio en el que se basa nuestra forma de vida.
En conclusión, es una cuestión de afianzar la democracia, de antagonizar la libertad al atropello de la sinrazón y el odio con el que quieren hacernos entender lo que no sucede. Que la vida valga, en definitiva, para convivir en paz.
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