Más de 1.200 personas han disfrutado de más de 50 actividades en un proyecto «ya consolidado, que llega para quedarse, el que las empresas del territorio son las protagonistas y donde mejor se entiende el desarrollo sostenible desde las personas que habitan el territorio» señala Álvaro Sánchez Cotrina.
Con un eco-mercado con productos sostenibles de la Reserva de la Biosfera de Tajo Internacional, tanto de artesanía como agroalimentarios, un cocido popular con ingredientes de Km-0 y una ruta en patinete eléctrico por los Murales de Arte Urbano y Rivera de la Mula, se ha dado por clausurada en Salorino una nueva edición del Mes de las Reservas de la Biosfera que este año, a través de sus más de 50 actividades gratuitas, ha congregado a más de 1.200 personas.
El diputado de Reto Demográfico, Desarrollo Sostenible, Juventud y Turismo, Álvaro Sánchez Cotrina, ha destacado la importancia de que hayan sido las empresas del territorio las encargadas de ofrecer al turista los valores culturales, turísticos, naturales, gastronómicos con nuevas técnicas de innovación turística.
Además se ha referido a la «consolidación de un proyecto que comenzó hace seis años, que deja mucho poso en el territorio y, sobre todo, que es capaz de entender lo que dice la Unesco cuando se refiere a que el desarrollo sostenible es posible siempre dentro de las personas que habitan en el pueblo».
Novedades
En la sexta edición ha destacado la implementación de un Programa de Reservas Anticipadas que ha permitido que las personas que contrataron servicios con una empresa del territorio tuvieran acceso preferente en una actividad del Mes antes de que se abriera el plazo general.
Entre las innovaciones en el programa de actividades de 2022, se programaron una ruta accesible por la Umbría del Barbechoso en la localidad de Mirabel, que permitió disfrutar del aire puro y la naturaleza a personas con discapacidad visual y los “baños de estrellas” y “baños de bosque” también en Monfragüe.
Por su parte, en la Reserva de Tajo/Tejo Internacional se realizó la primera actividad en territorio portugués: una ruta a caballo entre la localidad de Santo Antonio das Areias y Valencia de Alcántara que puso en valor la internacionalidad de esta Reserva.
Además de estas novedades se celebraron rutas senderistas, talleres sobre tradiciones y usos ganaderos, paseos en barco y kayak por las principales láminas de agua de las Reservas, astroturismo, escalada y visitas culturales por los pueblos con más historia de ambos territorios.
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